LA ENCANTADORA DE NIÑOS



domingo, 27 de noviembre de 2011

Decidida
Esta semana ha sido difícil; para mí y para algunas de las personas que más quiero. He dormido dos noches en un hospital, he visto de cerca lo que pueden ser los efectos de las noticias imprevistas, he visto la carita tristona de quien ha perdido definitivamente su infancia con la marcha de su abuela. Cogí días libres y, aunque agotada, he pensado mucho.
Y estoy decidida a hacer lo que llevo tiempo queriendo hacer:
Empezar ese libro que lleva ya más de un año dándome vueltas en la cabeza.
Casarme con K, y vivir con ella. Y antes de que llegue de nuevo el buen tiempo, viajar juntas. 
Vender mi casa de la isla y comprar una en el Maresme, aunque tenga que esperar un poco
Viajar a Etiopia, a Irán y a la isla de Socotra.
Volver a correr después de este año desierto y practicar con J. las sesiones de Djs.
Aprender Ikebana.
Y no quiero ser madre. Nunca.
Y mientras veo como pongo todo esto en práctica, seguir con la reforma de mi casa, que avanza, y preparar el viaje de diciembre a una de las cunas de la cultura europea. Voy a conocer Atenas. 

viernes, 25 de noviembre de 2011



Creo que admiro tanto a las mujeres aviadoras porque tengo miedo a volar. Creo que una de las que más me gustan es la neozelandesa Jean Batten, que a finales de los años treinta consiguió en un tiempo récord realizar en su Gipsy Moth el más rápido vuelo en solitario entre Gran Bretaña y Australia, una hazaña que repitió hacia el oeste, unos años después, cuando alcanzó tierras de Brasil. Desde adolescente quiso volar, y cuando con algo más de cuarenta años perdió facultades visuales y abandonó los vuelos, se recluyó en una vida apartada, alejada del éxito alcanzado en su treintena, que concluyó en Mallorca a principios de los ochenta.  

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Proyecto Impar
Hoy Arpo me trajo un calendario Proyecto Impar para el 2012 con sus fotos y las de Shichimi, que colocaré en mi nuevo piso cuando esté terminada la reforma. Qué precioso regalo, par de par. Muchas gracias chicas.
Siempre he pensado que vuestras fotos son como se observa la vida mientras escuchas las primeras canciones de M83.
Espero chicas que corráis hacia las flores....




lunes, 14 de noviembre de 2011

En un cuarto de hora cumplo años... Y si me preguntaran que qué quiero de regalo....diría que lo que quiero de regalo es aprender a bailar así el próximo año. Es que estoy obsesionada hoy con ese ritmillo....:)


jueves, 10 de noviembre de 2011


Digitalism
Desde que hace algo más de dos semanas alguien que conozco me habló de Digitalism, sus canciones han sido mi melodía diaria. Y hoy, mientras seguía husmeando en su larga producción de versiones, me encontré con la canción con la que J. tiene que empezar a practicar en su mesa de mezclas.....¿Os parece una buena canción para empezar una sesión de tarde?
http://www.youtube.com/watch?NR=1&v=RQyEBi8gGtU
Me muero por ir a ver el Palacio de Cristal convertido en una esfera celeste.....

jueves, 3 de noviembre de 2011



Botánicas

Como soy Antoñita la fantástica, aunque tengo un trabajo que mola, siempre pienso que me equivoqué de profesión. Muchos días sueño con que me hubiera encantado pensar y diseñar exposiciones de arte (aunque realmente suena mal tanto eso de ser comisaria como curator) y, sobre todo, haberme dedicado a la botánica. Admiro a las botánicas y a los botánicos, como a las jardineras y los jardineros, aunque tengo algunas obsesiones particulares, especialmente con algunos de los pioneros. Y una de mis favoritas es Marianne North, que empezó a viajar sola a los 40 años de edad tras la muerte de su padre. Durante 13 años visitó, recogió y dibujó, decenas de países, miles de plantas y cientos de lienzos, que conforman una de las mejores colecciones de arte botánico de los Kew Gardens. Hija de un famoso político, amigo de Darwin, visitó Japón, Borneo, Java, Brasil, Jamaica, Canadá, California, Chile, Sudáfrica, las Seychelles, Sri Lanka, Australia y Nueva Zelanda. De entre su colección de dibujos, mi favorito, sin duda, es el del paseo de las Palmeras Reales del Jardín Botánico de Río de Janeiro, un paseo de casi un kilómetros formado por 134 palmeras que da entrada al jardín, donde pueden verse más de 900 variedades de palmeras.