Franchutes
Cinco días en París y estoy franchutes no dejan de sorprenderme. Frío y lluvia, croissants y ese característico olor a polvo del metro. Y la reiteración del color zinc y del antracita en los escaparates.
Repitiendo la visita a los totems del Quai de Branley. Volvemos con una lámpara y un perchero en las maletas.
Me pregunto por qué me gusta Enki Bilal y me doy cuenta de que además de porque sus dibujos son preciosos, sus chicas tienen cierto aire a K.
Y descubro al prolífico, músico de mil caras, David Grellier, que transita entre los ochenta en College, el, podríamos llamar, ambientalismo electrónico de Valerie y el genuino electropunk de Sexy Sushi ( una banda marciana, difícil de escuchar, electrónica con mensaje....cielos¡¡¡¡¡ qué punk¡¡¡) en el que toca acompañado de la inclasificable Rebeka Warrior; un nombre que se ha unido a mi club favorito de mujeres de hiperlativo nombre (Franka Potente y Anna Matronic....). Y mientras hoy una multitudinaria manifestación contra el matrimonio homosexual ha recorrido las calles de París....
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