No me gustan los rituales
Me gusta el 13 y no sólo el 7 y el 8.
Tras dos meses conteniéndome, me tiño el mechón blanco de la frente de negro para no llegar a parecer aún más una Cruela. Blanco sobre negro. Fantasías sobre cómo quedaría en fucsia.
El el perinuevoaño, Chi nos lleva por segunda vez al aire libre. Mar el año pasado y este año, nieve y lago glaciar. Escalofríos cuando pienso en que hay lobos y más arriba también osos...de los que comen. Qué inquietud¡
Una piedra verde de fieltro en mi mesa de trabajo.
Música inquietante que suena a lugares industriales desiertos. Loner. Déja vu.
Me doy cuenta, de repente, por la mañana temprano, que hace ya casi 8 años que no escribo un libro en solitario. Me voy a poner a ello. Se me acumulan las ideas sobre los libros que quiero escribir. Me rodeo de listas y de títulos. En construcción. Sé que ese ímpetu es la juventud, aunque empiecen a dolerme los huesos.
Vísceras e intuición son las mejores virtudes que tengo en mi trabajo. Son en realidad la antítesis de lo que, en términos ortodoxos, se espera en mi trabajo.
Sueño que ando con una familia china buscando caracoles después de una tormenta, para cocinarlos con arroz. Miraba obsesivamente los rincones.
Nos damos cuenta, accidentalmente, después de algunas preguntas y descripciones, de que llevo 8 meses sin utilizar el programa adecuado en la lavadora que había en la casa que compré (no encontré las instrucciones) y que en estos meses....cielos¡¡¡...sólo he empleado el programa de aclarado.
Me compro tres jerseis a medio camino entre el glamour francés y el azúcarmorenismo.
Los blogs son para mí..... territorios de rastros....
Vestigio, señal o indicio de un acontecimiento.