LA ENCANTADORA DE NIÑOS



viernes, 25 de noviembre de 2011



Creo que admiro tanto a las mujeres aviadoras porque tengo miedo a volar. Creo que una de las que más me gustan es la neozelandesa Jean Batten, que a finales de los años treinta consiguió en un tiempo récord realizar en su Gipsy Moth el más rápido vuelo en solitario entre Gran Bretaña y Australia, una hazaña que repitió hacia el oeste, unos años después, cuando alcanzó tierras de Brasil. Desde adolescente quiso volar, y cuando con algo más de cuarenta años perdió facultades visuales y abandonó los vuelos, se recluyó en una vida apartada, alejada del éxito alcanzado en su treintena, que concluyó en Mallorca a principios de los ochenta.  

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