Esta semana ha sido difícil; para mí y para algunas de las personas que más quiero. He dormido dos noches en un hospital, he visto de cerca lo que pueden ser los efectos de las noticias imprevistas, he visto la carita tristona de quien ha perdido definitivamente su infancia con la marcha de su abuela. Cogí días libres y, aunque agotada, he pensado mucho.
Y estoy decidida a hacer lo que llevo tiempo queriendo hacer:
Empezar ese libro que lleva ya más de un año dándome vueltas en la cabeza.
Casarme con K, y vivir con ella. Y antes de que llegue de nuevo el buen tiempo, viajar juntas.
Empezar ese libro que lleva ya más de un año dándome vueltas en la cabeza.
Casarme con K, y vivir con ella. Y antes de que llegue de nuevo el buen tiempo, viajar juntas.
Vender mi casa de la isla y comprar una en el Maresme, aunque tenga que esperar un poco
Viajar a Etiopia, a Irán y a la isla de Socotra.
Volver a correr después de este año desierto y practicar con J. las sesiones de Djs.
Aprender Ikebana.
Viajar a Etiopia, a Irán y a la isla de Socotra.
Volver a correr después de este año desierto y practicar con J. las sesiones de Djs.
Aprender Ikebana.
Y no quiero ser madre. Nunca.
Y mientras veo como pongo todo esto en práctica, seguir con la reforma de mi casa, que avanza, y preparar el viaje de diciembre a una de las cunas de la cultura europea. Voy a conocer Atenas.
Y mientras veo como pongo todo esto en práctica, seguir con la reforma de mi casa, que avanza, y preparar el viaje de diciembre a una de las cunas de la cultura europea. Voy a conocer Atenas.