Otro día contaré lo mejor y lo peor de mi viaje a California de los meses de febrero y marzo. Pero empezaré por lo que tengo más fresco. Sin duda, lo mejor de esta semana en NY ha sido descubrir un poco más Harlem, y no sólo el Harlem de los domingos endomingados para acudir a la casa del señor, sino del Harlem cotidiano, negro y hispano. Del Harlem canalla, sucio y pobre y del Harlem digno, lleno de vida y luchador. Y la energía de los negros. Llego a NY y me enamoro y rememoro su energía. Y me encanta ver a los chiquillos y sus enormes ojos, y a los adolescentes y sus enormes pantalones, y a sus mujeres, con sus enormes vestidos y sus sombreros brillantes. El cielo en Harlem es el mejor cielo de todo Nueva York. Y eso que los ojos de sus gentes son tristes.
Hace 1 semana
los niños de la fotos también miran al cielo, Ver :))
ResponderEliminarLa tristeza no tiene fronteras...
ResponderEliminarqué post tan precioso, estoy pensando en usarlo, con tu permiso, en mis clases.
ResponderEliminarMe ha encantado este post. Me he quedado con ganas de Harlem. Maravillosa foto de unos niños que están pa comérselos! Un abrazo
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