Odio los aparatos electrónicos. Tengo que comprarme un ordenador y sólo aguanto media hora delante el ordenador buscando nuevos cacharros porque me acompañan bien. También tengo que comprarme un smartphone por la fuerza de las circunstancias, pero me gustaría, de verdad, seguir con mi troncomóvil de hace más de 3 años.  Me entra un sopor que me tumbo en el sofá mareada. Y eso se extiende a los coches, las tablets y todos aquellos aparatejos de los que no salga música.

Debo ser muy femenina en los gustos. Y reparo que en lo único en que soy masculina es en la música. Me gusta el house, el hip-hop y el dubstep. 

Moby, Burial y croissants con crema de castañas. 

La médica dice que esos picores pueden ser Anisakiasis. Prefiero no pensar que he sido colonizada por un gusano después de zampar sushi o boquerones en vinagre.

Sin pescado, sin huevos y sin leche por si acaso este desazón continuo en la piel me lo produce otros agentes alérgenos. Imagino que comienza un romería de incertidumbres y pruebas médicas. ¿Habrá algo más, además de los gatos, los ácaros y los sprays, que me produzca alergía?

Vemos la exposición de Terry O'Neill y K. afirma cargada de razón después de ver a unos jovencísimos Rolling...¡ Hoy no habrían grabado....Por feos¡ Me sorprende cuanta sabiduría encierra ese cuerpo estrechito 

Ikeda

Hay algo mágico en la emoción que despierta lo inesperado. Una tarde gris puede convertirse en una sensación de inmersión en un mundo paralelo e irreal. ¿Cómo es posible que una sucesión de sonidos y de imágenes producidas a partir de las matemáticas nos transporte colectivamente a una inmersión en el océano, a la contemplación de un hemisferio lleno de estrellas o a sentir que te encuentras debajo de una cascada seca?¿Qué produce en nuestro cerebro esa sucesión de imágenes y sonidos que nos saca de nosotros y nos lleva a un estado de infancia, de emoción y de felicidad?¿Qué me transmiten esos sonidos y qué veo que produce en otras personas desconocidas a mi alrededor?

Rebusco en youtube la constancia visual de otras instalaciones de Ryoji Ikeda (como Rádar, mi favorita entre las que encuentro) y veo que produce lo mismo en todas las esquinas del mundo. Adultos tirados por los suelos, que flotan y nadan en un mar inexistente, que se tambalean al ritmo de una música metálica, que se sientan y contemplan, que se tumban y piensan, y miran atónitos un nuevo universo, que caminan y corretean en múltiples direccciones bajo haces de luz que responden a una secuencia reiterada. Ensoñaciones de la infancia y belleza. Data-path, es un camino directo al mundo insconciente de las emociones.